¿Quién no ha oído alguna vez alguna de las conocidas rimas de Bécquer? Tal vez no conscientemente, pero en el fondo de los recuerdos, siempre acaba sonando algún que otro verso.
Bécquer es un poeta muy marcado por los sucesos ocurridos en el transcurso de su vida, tales como la muerte de sus padres y hermano y el amor no correspondido de Julia Espín, que plasma en sus relatos y rimas. Huérfago des de muy temprana edad y criado por sus tíos, se traslada a Madrid con 18 años para ser poeta de oficio, pero su sueño no puede ser realizado hasta pasado cierto tiempo. Por el momento se dedica al periodismo para luego poder crear sus obras que hoy día conocemos.
En cuanto a la métrica, esta poesía tiene una rima asonante en los versos pares. Cada cuarteto tiene tres versos decasílabos y uno hexasílabo, repitiéndose así en las tres estrofas.
En la primera estrofa, describe el lugar donde se sitúa un arpa usando un hipérbaton, para así darle espectación al poema. Tales son las ganas de querer dar importancia a un simple objeto que incluso cuatro simples versos dejan entrever la propia ansia del autor por ser recordado. Otra inquietud que salta a la vista en esta primera estrofa es el hecho de que el arpa tenga una cualidad humana como lo es el poder estar en silencio, como si no se atreviera ni tan siquiera a mover una sola de sus cuerdas.
En la segunda estrofa, también existe una personificación, en este caso de las notas que el arpa puede tocar, combinada a la vez de una comparación con un pájaro en un árbol que esta esperando a que llegue el invierno para emigrar. Otro recurso utilizado es la metáfora de la mano de nieve, mezclando así la mano de la dueña que toca el arpa con el invierno que hace desplazar el pájaro. Las notas, al igual que el ave, esperan que alguien las toque para salir de las cuerdas, convirtiéndose en un sonido bello; también el poeta espera a que alguien le escuche para así poder expresar sus sentimientos
La estrofa final, da a conocer su pensamiento frente a la comparación del fragmento anterior, comparándolo a la vez con el talento del propio poeta que a veces no es capaz de mostrar en su totalidad por distintas razones y que a la vez está esperando a algún estímulo externo que le de la suficiente inspiración como para crear una nueva obra que refleje todas las virtudes que tiene el autor como escritor en cualquier aspecto.
Al leer estos versos, se ve en ellos una persona algo solitaria, que quiere ser querida por alguien a quien ama.
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